
Destacada actuación de James en el partido disputado este domingo versus River y sus figuritas.
En un partido donde Banfield funcionó como equipo, JR realizó un gran partido demostrando en cada pelota que esta para seguir creciendo día a día.
Diario Olé destacó la actuación de James con la siguiente nota:
BANFIELD 2 - RIVER 0
James es el agente 008
Rodríguez, el colombiano que a los 18 años brilló ante River, tiene una historia similar a la de Falcao. Llegó a los 16 y pinta para ser figura. Ayer fue imparable.
JULIANA DI MENNO jdimenno@ole.com.ar
Los flashes lo apichonan y le quitan fluidez al hablar. Se lo nota avergonzado y se sonroja cuando las cámaras reclaman su presencia. James Rodríguez, con apenas 18 años, sigue siendo un gurrumín que está desarrollando su cuerpo y, de no conocerlo, se creería que todavía está verde. Pero lejos de ello, el proyecto de crack que llegó proveniente de su Colombia natal a los 16 años mejoró su físico al arribar al país y, al punto que él mismo reconoce el déficit anterior. "Llegué muy mal y en Banfield me cuidaron mucho para que pueda mejorar. Era muy flaquito y chiquito, de a poco fui creciendo", cuenta el Radamel Falcao de la vereda de enfrente, otro pibe que llegó de tierras cafeteras para sumarse a las Divisiones Inferiores y ya amaga con convertirse en un pilar de este Banfield que pregona el toque por abajo y el buen juego antes que el pelotazo y la fricción constante en el mediocampo. Su técnica, de escuela tan exquisita como fina, se funde con un sacrificio poco habitual en un enganche por naturaleza y lo hace poseedor de un gran peso específico. Si bien Falcioni lo utiliza como volante por izquierda, James nació con la 10 en la espalda y no se olvida de jugar ni estando cerca de la línea. Por caso, cuando se anima, sus compañeros le dejan patear los tiros libres (ayer tiró uno y salió apenas arriba del travesaño) y dice "sentirse apoyado" cuando le dan esa oportunidad. Pero claro, tantos privilegios tienen su justificación. Para el plantel, el colombiano es de los más técnicos junto a Erviti y ya tiene un galardón en su currículum personal. A los 17 años, el enganche le hizo un gol a Central y se convirtió en el extranjero más joven de la historia en convertir un gol en Primera. Y si bien ayer no logró anotarse en la red, sí fue el cerebro que distribuyó el juego de su equipo y se tornó imparable para Fernández y Paniagua, quienes se vieron desbordados por la picardía del juvenil. Así, aunque se pise la lengua cuando tenga que declarar luego de cada partido, en la cancha se agranda y afuera no arruga: "Esperaba un poco más de River porque es un equipo grande...".